Alto Hospicio se abrazó nuevamente en casa

Rodrigo Tapia

Entre aplausos y fuegos artificiales salió de la cancha hoy el equipo de Municipal Alto Hospicio. Hizo un partido correcto para ganar, gracias a dos golazos que fueron suficientes para dejar los puntos en el estadio Juan Pablo II. La ovación de la hinchada del submarino, por cierto, fue porque los amarillos mantuvieron su invicto de local y sueñan con meterse a la pelea por la clasificación. San Marcos de Arica y Municipal Iquique, son los rivales que deberán jugar contra los 11 de Fidel Dávila y la irregular cancha pampina.

En un partido intenso, a veces un poco violento, Hospicio nunca vio escapar la posibilidad de la victoria como anfitrión, ya que Universidad de Tarapacá no parece encontrar su fútbol y juega con ciertos recaudos después de la grave lesión de su capitán, Juan Ancieta.

El submarino dominó desde el principio, aunque sin mucha claridad para preocupar al portero Marcelo Donoso. Fue cuando transcurría el minuto 26, que en una jugada por la derecha, el volante Hugo González se animó a lanzar al arco cuando tenía una mejor posición para el centro. Resultado, un disparo que fue ganando potencia y comba hasta que golpeó las manos del guardameta ariqueño, para pegar en el poste y anidarse en las mallas, para la apertura del marcador.

Ante una cerrada defensa estudiantil, el cuadro de Dávila intentó varias veces por arriba, pero no pudo ampliar las cifras en el primer tiempo. Ya en la fase complementaria, los locales se fueron con mayor entusiasmo y con pelota al piso en demanda del área rival. Tras un tiro libre fallido de Abel Valenzuela cerca de la medialuna, apareció sorpresivamente recostado por la izquierda el ariete Diego Gallardo quien metió un zapatazo inatajable para Donoso. Era el 2 a 0 y la lápida temprana para una Uta que no levantó cabeza.


La desesperación del conjunto ariqueño se vio plasmada con la expulsión de uno de sus hombre más importantes. A los 30, Luis Rodríguez debió irse tempranamente a las duchas.